Calama, II Región

      Arribé a Calama en Julio de 1988, trasladado de mi trabajo de esa época que era como Fiscalizador del Servicio de Impuestos Internos (SII); había ingresado en Marzo del mismo año a esa Institución en Santiago, despues de sortear un montón de escollos como pruebas de conocimientos, test sicológicos, entrevistas, etc., y junto a casi una cincuentena de colegas nos confinaron en la escuela de capacitación del SII, en Santiago (Teatinos 120), a diversos cursos de perfeccionamiento, en las materias propias del trabajo.
El asunto es que finalizado esos cursos se nos comunicó las diferentes destinaciones, resultando yo y otra colega con pasajes para Calama, sin fecha de retorno.
Calama está ubicada en la II Región de Antofagasta, a 210 kms de esta última, hacia la cordillera, a 2400 mts. de altura sobre el nivel del mar. Con la colega antes mencionada (Arianne) habíamos tenido una relación sentimental durante nuestra permanencia en la capacitación en Santiago y creo que esto fué observado por la jefatura encargada de hacer las destinaciones y quisieron hacer de casamenteros, lo cual les funcionó bien, al menos por un buen tiempo, porque como no conocíamos a nadie en la inhóspita Calama de esos años, reforzamos nuestra relación, primero en el hotel donde llegamos y luego en la casa donde pagamos pensión en sendas habitaciones. Nuestra relación estuvo marcada por el sello de su término. Ella era una mujer  de muy buen corazón, que se enamoró, y yo no estaba en esa época con mi mente en la fidelidad y menos en el matrimonio.
A pesar de lo dicho sobre que no conocía a nadie de Calama, al llegar nos esperaba quien llegó a ser un muy querido amigo, Elias El Far, ciudadano Palestino, con largos años de residencia en nuestro Chile y afincado por algunas decadas en Calama; este personaje era amigo de una amiga de Arianne, asi que fue quién nos traslado desde el aeropuerto hasta la ciudad. Alli nos presentó tambien a su familia, comprendida por su esposa, su madre y su hermana.
Despues de casi un año de vivir en la pensión de una casa de familia, arrendamos con Arianne un departamento en un tercer piso en calle Anibal Pinto.
Lo mas bonito de vivir en Calama era la cercanía a poblados andinos muy hermosos, tales como el mas conocido que es San Pedro de Atacama, Chiu-Chiu con su enigmatica y legendaria laguna circular, Lasana y su célebre Pucará (fortaleza), Ayquina con su fiesta religiosa anual, Caspana, Toconce, los geyser del Tatío, etc.
Después de un año de trabajar en el mencionado SII se dió la oportunidad de postular a trabajar en un recientemente inaugurado hotel 4 estrellas, el Topotel, donde empecé a trabajar el año 89, creo que en Junio. Allí conocí primero a Marcelo Valenzuela quien fue el que me seleccionó para ese trabajo a cargo del área administrativa. Luego conocí al gerente residente Francois Dé (si, esta bién escrito, su apellido es Dé), a Jean Pierre Brossard Leiva, a Patrick Leroux, a la Claudia Lavín, toda gente políglota que como mínimo hablaba 2 idiomas, y en el caso de Claudia 4 idiomas (inglés, italiano, francés y español). También hizo trabajos de desarrollo informático Cristian Vasquez que trabajaba para una empresa Informática. La secretaría de Gerencia era Patricia Velasquez.

En un viaje de trabajo de regreso de Antofagasta me topé con un amigo de la U de Talca, Eduardo Ladino V., quien estaba vacacionando en Chuquicamata donde laboraba su hermano; a partir de aquel encuentro hicimos un gran amistad y compartimos bastante especialmente en el Club Chilex de los roles A de Chuqui, donde nos enfrentamos reiteradamente al Pool. Posteriormente el ingresó a trabajar a Codelco por lo cual se afincó en Chuqui, y hasta la fecha aún vive alli junto a su esposa y sus 2 hijos.

Esta ciudad tan vilipendiada acusada injustamente de ser el prostíbulo de Chuquicamata, me entregó momentos inolvidables, y me permitió conocer gente maravillosa que aún mantengo en mi corazón.

Era increíble ver el fervor popular los dias domingo cuando jugaba futbol el club Cobreloa; concurrían al estadio en masa los trabajadores recien llegando del turno de trabajo y otros que estaban con descanso dominical.