Blogia
kinser

Misceláneos

Poema

Poema

ABISMOS

Porque eres ave que girando en rebeldía
desafía la bruma
la ardua noche
haciéndola más honda y más oscura
y más inmenso el mar
porque eres nave y náufrago a la vez
sin velas y sin anclas
solitario
profanador de todos los confines
potro de sombras desbocado y dulce
para la libertad
y el cielo galopante
hecho de vientos y hecho de huracanes
y sin embargo calmo como el agua
de misteriosos y profundos lagos
porque extraviado pero indiferente
como un rey agraviado deambulas
por los caminos de un imperio en ruinas
porque eres un reloj sin manecillas
un bello loto sobre los pantanos
porque te vi sonriendo en tus orillas
cayendo voy
errática y ardida
en tus oscuros mundos abismales.

Poema de Piedad Bonnet

Butch Cassidy y Sundance Kid en la Patagonia

Butch Cassidy y Sundance Kid en la Patagonia

Extracto de Ponencia de Luis Sepulveda 

1 - Harry A. Langabaugh.(Sundance Kid)
2 - Will Carver.
3 - Ben Kilpatrick.
4 - Harvey Logan.(Kid Curry)
5 - Robert Leroy Parker(Butch Cassidy)

"Hay muchos capítulos de la historia de los Estados Unidos que no existieron jamás en la realidad, sino sólo en la imaginación de Arthur Chapman. Curiosamente son los capítulos más honrosos de la historia norteamericana. Chapman era un hombre con la imaginación desaforada de los transgresores y de todos los que tienen que ganarse la vida de alguna manera. Una de sus proezas más grandes y que tiene que ver con el tema que nos ocupa, es que a comienzos de este siglo, Chapman escribía guiones para un circo y sus guiones eran protagonizados por un papanatas llamado Búfalo Bill Coddy. Un tipo vestido con su chaqueta de flecos, montado arriba de un caballo blanco, que nunca había conocido el oeste norteamericano, pero que lo hicieron trascender como el héroe mítico del oeste por excelencia.

Un día Chapman descubrió que la agencia de detectives Pinkerton ofrecía una gran recompensa por la captura de dos bandidos norteamericanos: Butch Cassidy y Sundance Kid, los únicos libres de un grupo de terribles bandidos llamado La Pandilla Salvaje; buenos muchachos que asaltaron bancos, ferrocarriles y que curiosamente nunca le hicieron daño más que a los banqueros, lo cual está siempre muy bien. Descubrió Chapman que estos tipos estaban viviendo en la Patagonia argentina, en Chulila. Consiguió que un periódico le financiara el viaje para ir a hacer un gran reportaje sobre estos bandidos, y tal vez hacer luego el soplonaje a la agencia Pinkerton y cobrar la recompensa ofrecida. Sin embargo, durante el viaje comenzó a pensar que estos tipos eran demasiado simpáticos como para entregarlos a la justicia norteamericana y entonces, cuando los encontró, les dijo: "Les hago una propuesta literaria". Estos tipos vivían con otra integrante de la Pandilla Salvaje, una mujer llamada Etha Place. Chapman les propuso: "Voy a escribir una historia en la cual ustedes estarán en Bolivia, asaltan un banco, hay muchos tiros y finalmente la policía los encuentra, los mata y tienen así una muerte bella y heroica". "¿Y qué ganamos nosotros con eso?" preguntaron los bandidos. Chapman les respondió: "Mucho, porque mediante la ficción yo voy a decretar la muerte oficial de ustedes y así nunca más los van a buscar". Se pusieron de acuerdo y como los dos bandidos y la chica que los acompañaba también querían participar en esta escritura que tenía visos de novela negra, montaron la historia y Chapman la publicó en los Estados Unidos. La Pinkerton dio por muertos a Sundance Kid y Butch Cassidy, y éstos pudieron vivir en paz durante mucho tiempo hasta que un tipo, un policía chileno, terminó por asesinarlos años más tarde muy cerca de Punta Arenas.

Chapman es de alguna manera también uno de los grandes padres tutelares de la novela negra, aunque su obra pasó enteramente al olvido, aunque curiosamente esa novela sirvió para hacer una película que fue protagonizada por Robert Redford y Paul. Lo que Chapman consiguió fue muy valioso: trastocó la realidad con la novela, transformó la realidad por un tiempo determinado y la transformó para bien, porque esos dos justicieros, que más que bandidos eran justicieros ya que quien asalta un banco es un justiciero siempre, y la mujer que los acompañaba, lograron prolongar un poco más su vida y eso es algo que los chilenos tenemos que agradecer infinitamente, pues esos dos bandidos, Cassidy y Kid asaltaron el banco de Londres y Tarapacá en Punta Arenas (14 Febrero 1905) y con ese dinero financiaron varias revoluciones anarquistas que tuvieron lugar por esos años en el sur de Chile, al comienzo del siglo XX."

Bueno, otras versiones aseguran que este robo al Banco Londres y Tarapacá fue en Rio Gallegos, ciudad Argentina ubicada 260 kms. al nor este de Punta Arenas, y otras mencionan que su muerte se produjo en Bolivia, donde tambien habían asaltado Bancos y remesas de dinero de empresas mineras de la zona. Habían llegado a Sudamérica, Buenos Aires en el Otoño de 1901.

El criminal conocido como Butch Cassidy, nacido bajo el nombre de Robert Leroy Parker el 13 de Abril de 1866, fue el mayor de 13 hijos de una familia mormona en Utah. Su admiración por un joven vaquero llamado Mike Cassidy y una corta temporada trabajando como carnicero le inspiraron su nombre de crimen. Al salvarse de haber caído preso en una cárcel de Wyoming por el robo de un caballo de cinco dólares lo impulsaron a una vida como fugitivo.

El Sundance Kid, nacido bajo el nombre de Harry Alonzo Longabaugh en la primavera de 1867, fue el más joven de cinco hijos, de una familia bautista de Pennsylvania. Después de ir al oeste a la edad de 15, vivió en un rancho con parientes en Colorado, luego anduvo por las montañas Rocosas de los Estados Unidos y Canadá, trabajando como ganadero y arriero de potros. El adquirió su apodo al estar 18 meses en una cárcel de Sundance, Wyoming, por robar un caballo.

El placer de servir, Gabriela Mistral

El placer de servir, Gabriela Mistral Toda la Naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el aire, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú ; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú ; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, aceptalo tú.
Sé el que apartó la molesta piedra del camino ; sé el que apartó el odio de entre los corazones y las dificultades del problema. 
Existe la alegría de ser sano y la de ser justo ; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
¡ Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que acometer !
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles, ¡ Es tan bello hacer lo que otros esquivan !
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos ; hay pequeños servicios que son buenos servicios : adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica, éste el que destruye, sé tú el que sirve.
El servir no es faena de inferiores. Dios, que dá el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así, el que sirve. Tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿ serviste hoy? ¿a quién? ¿al árbol, a tu amigo?

El Águila

El Águila El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión.
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. ¡Volar se hace ya tan difícil! Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo.

Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.

Situaciones parecidas nos suceden a lo largo de la vida. Hay momentos en los que parece que ya hemos dado todo lo que teníamos. Pareciera como si hubiéramos agotado nuestra creatividad y que ya no tenemos mucho que aportar.
Nuestra vida suele verse gris y envejecida. ¡Estamos en un punto de quiebre! O nos transformamos como las águilas o estaremos condenados a morir. La transformación exige, primero, hacer un alto en el camino, tenemos que resguardarnos por algún tiempo. Volar hacia lo alto y comenzar un proceso de renovación.
Solo así podremos desprendernos de esas viejas uñas y plumas para continuar un vuelo de renacimiento y de victoria. Y ¿cuáles son esas plumas y uñas de las que tenemos que desprendernos! ! ? Pues, cada uno puede identificarlas fácilmente en sus vidas: son aquellas actitudes, vicios y costumbres que nos impiden el cambio, que nos atan al pasado, a la mediocridad a la falta de ánimo para empezar la lucha.
En otros puede tratarse de resentimientos, complejos, que nos nublan la vista y la capacidad de ser objetivos con nosotros mismos. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

Mi primera vez...

En Abril tuve mi primera experiencia.... pero dejenme terminar la frase........me refería a que fui intervenido quirúrgicamente, debido a un problema de varicoceles; para los médicos es un trabajo de a lo mas 1 hora, pero para mi fué un caminar a lo John Wayne por un período de mas o menos 1 mes, mientras cicatrizaba el corte y se deshinchaba toda la zona genital.

Bueno todo empezo el 28 de abril como a las 14:00 hrs. con el ingreso a la clínica, entrega de todos los datos solicitados, llegada a la pieza, vestirme la ridícula bata abierta por la espalda y recostandome en la cama clinica; a los pocos minutos aparece la enfermera que no tenia nada que ver con esas típicas enfermeras de películas eróticas italianas de los años 70 que cautivaban la imaginación y los impúberes deseos de cualquier mozalbete......la realidad fué muy distinta...razuradora electrica en mano procedió a efectuar su cometido....

Perros de la calle

Perros de la calle Infamia en Punta Arenas
Viernes 12 de julio de 2002Juan Manuel Vial

 

Punta Arenas es la ciudad de Chile por la que más suela he gastado. Nunca fui víctima de una amenaza perruna, por lo que no me queda más que maldecir a los implicados.

Hace un par de meses publiqué un extenso y probablemente aburrido artículo en Artes y Letras titulado “En defensa del quiltro amenazado”. Cité a Veblen, a Lorenz (“un perro cualquiera es siempre mejor que ninguno”) y a Ciro Alegría (escribió en Chile el clásico del tema, “Los perros hambrientos”), con la peregrina intención de sensibilizar a quienes correspondía tomar la decisión de eliminar o no a los perros vagos de Punta Arenas. Pero como siempre sucede, a excepción de mi mamá y de mi abuela, nadie más lo leyó. Y claro, según constato ahora, fui doblemente iluso: dudo que un carnicero de perros sepa leer.

Hoy, lo que para ese entonces era una amenaza real, ha pasado a ser un hecho de sangre sentenciado, una infamia vergonzosa para los habitantes de esa tierra bella y extrema, escenario de horrendos genocidios anteriores: el patético paladín de la comparsa que ganó la licitación municipal ha afirmado que éste es un buen negocio, “pero también es un bien a la comunidad, ya que no es ningún chiste andar por las calles de Punta Arenas y estar expuestos a que uno de estos animales te muerda”. Punta Arenas es la ciudad de Chile en la que más suela he gastado. Nunca fui víctima de una amenaza perruna, por lo que no me queda más que maldecir a los implicados. Mensualmente el municipio otorgará a los hermanos Sepúlveda dos millones 170 mil pesos por la captura de hasta 400 perros. Los que no sean reclamados -la gran mayoría, los sin dueño- serán eliminados por inyección letal.

“Yunge” se llamaba el perro más genial que he conocido. No tan sólo imitaba a las viejas que le daban risa, sino que hizo de su amo un hombre mejor. Ante la queja de éste (“Yunge, estás hediondo”), el can abandonaba la casa rumbo al muelle y se lanzaba al Pacífico. Permanecía en el agua el tiempo suficiente como para regresar limpio y autocomplacido. Otras veces, cuando percibía que el desánimo hacía presa de Diego, su amigo y dueño, apretaba un palo entre los dientes y no cejaba en su cateteo hasta hacerse acompañar a la playa. Una vez allí, la terapia consistía en que el decaído le lanzase el palo una y otra vez. Sólo daba por terminado este ejercicio-de-aire-fresco cuando la mejoría en el carácter del humano se le hacía evidente. El “Yunge” también manejaba un escarabajo convertible (hay fotos que lo prueban), daba la hora (“Yunge diga que son las tres: guau, guau, guau”), y hacía la foca: aplaudía con las patas delanteras mientras gruñía como ésta.

Ciertamente el “Yunge” no era lo que se entiende por “perro de raza”. Por sus nobles venas corría la sangre de mezclas ancestrales, con un marcado ascendiente magallánico de perro ovejero alto. La matanza que se inicia el lunes extinguirá a una estirpe de perros únicos: amalgama de pastores celtas y fueguinos, tan sabios como para escoger la vagancia y tan nobles como para llegar a comprender al hombre.

INSTANTES

Si pudiera vivir nuevamente mi vida
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico. Correría más riesgos,
haría más viajes, contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y
menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas
que vivió sensatamente y prolíficamente
cada minuto de su vida ;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos .
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas ;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría
a andar descalzo a principios de la primavera
y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
y contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera
otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años
y sé que me estoy muriendo.

Tu valor no cambia

Tu valor no cambia
Un orador inicio su seminario mostrando al auditorio un billete de $20 dólares. Dirigiéndose a los 200 espectadores pregunto, ¡Quien quiere este billete? Muchas manos se levantaron. Luego dijo, Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero perimtanme hacerle esto..., y lo hizo bolita dejándolo todo arrugado. Entonces insistió, ¿Quien todavía lo quiere?. Las manos volvieron a subir. Bien, dijo. ¿Y si le hago esto...?, y lo dejo caer al suelo y lo empezó a pisar contra el suelo con su zapato.

Al recogerlo lo mostró al auditorio. Así, todo arrugado y sucio, pregunto, Y así, ¿todavía lo quieren?. Las manos se mantuvieron arriba. Amigos, han aprendido una lección muy valiosa. No importa todo lo que le haya hecho al billete, ustedes de cualquier manera lo quieren porque su valor no ha disminuido. Sigue valiendo los mismos 20 dólares.

Muchas veces en nuestras vidas caemos, nos arrugamos, o nos revolcamos en la tierra por las decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos rodean. Llegamos a sentir que no valemos nada. Pero no importa lo que hayamos pasado o cuanto pueda ocurrirnos, nunca perdemos el valor que tenemos ante los ojos de Dios. Sucios o limpios, abatidos o finamente alineados, para El somos invaluables.

Acuérdate.... tu valor no cambia